Trump se mantiene a la ofensiva

Los acontecimientos en el plano internacional se suceden con extraordinaria rapidez. A dos semanas de realizada la reunión de Trump con Putin, un acontecimiento del máximo nivel, le sucedió la muy concurrida (participaron representantes de 26 países) reunión de la Organización de Cooperación de Shangai (OSC) encabezada por China, donde confluyeron el presidente de Rusia Putin y el primer ministro de India Modi (*) junto a Xi Jinping. Luego un imponente desfile militar al conmemorarse el triunfo de China sobre Japón al finalizar la segunda guerra mundial. Cada vez más la situación internacional se polariza alrededor de EEUU y China.

La reunión de Putin con Trump fue un acontecimiento político muy importante. Es dificil pensar que una reunión de presidentes de las dos principales potencias nucleares pueda realizarse sin antes haber llegado a acuerdos mínimos. En general, cuando se realizan estas reuniones es para sellar los acuerdos ya consensuados.

Sin embargo, en esta ocasión parece que no fue así. Probablemente a Trump la reunión le haya servido como un sondeo personal, para ver hasta donde Putin podía estar dispuesto a romper su alianza con Xi Jinping o por lo menos mantenerse neutral en caso de guerra entre EEUU y China, que era el objetivo de máxima de Trump al asumir su segundo mandato. A Putin la reunión le sirvió para “romper el aislamiento” político. Tras reunirse con Trump, Putin se encontró con Xi Jinping y Modi. De ambas reuniones Putin salió políticamente fortalecido. Pero lo más importante es que quedó claro que la alianza de China y Rusia se mantiene muy sólida.

En relación a Ucrania, Trump hubiera querido establecer un cese al fuego para dar tiempo a la recuperación militar de Ucrania y a que avance la preparación militar de Europa. No se sabe exactamente lo que hablaron, pero aparentemente Putin mantuvo todas sus exigencias, lo que fue rechazado en la reunión posterior, el lunes 18 de agosto, que mantuvo Trump con los principales dirigentes del imperialismo europeo y Zelensky. De estas reuniones no ha salido ningún acuerdo concreto, por lo que antes de volver a las negociaciones se debía buscar establecer una nueva relación de fuerzas en el campo de batalla. Luego de 3 años, está muy claro que Rusia va ganando la guerra, aunque no ha logrado todavía quebrar a Ucrania militarmente, algo que la OTAN no puede permitir. De allí la importancia y las dudas acerca de la provisión de los misiles estadounidenses Tomahawk a Ucrania, ya que estos podrían golpear Moscú u otras ciudades rusas importantes, pero también sin dudas provocar una escalada muy grande en la guerra, ya que Rusia, además de su arsenal nuclear tiene misiles hipersónicos y otras armas misilísticas más sofisticadas como el Oreshnik.

Que Rusia esté ganando no significa que no quiera negociar un acuerdo, así sea parcial de alto el fuego. La guerra ha significado un gran gasto militar y en vidas humanas (no hay datos precisos, pero las bajas tienen que ser importantes). La economía rusa también se ha deteriorado. Las reservas financieras se están agotando, sus ingresos energéticos están disminuyendo y cada vez hay más escasez de mano de obra y tecnología importada.

La amenaza de darle esos misiles a Zelensky y la decisión de India -anunciada por Trump- de ir reduciendo las compras de petróleo a Rusia, abrió otra instancia de negociación al más alto nivel, esta vez preparada previamente por Marco Rubio y Lavrorv, se prevé una nueva cumbre Trump-Putin en Budapest para principios de noviembre. Hasta ese momento y mientras se mantenga abiertas estas nuevas negociaciones no habrá Tomahawk para Zelensky.

Una división de tareas que apunta contra China

La economía del capitalismo imperialista está en una crisis sin salida que se arrastra desde 2008. Aunque la hegemonía de EEUU viene en decadencia, sigue siendo la principal economía mundial y la primera potencia militar. Pero China se ha transformado en una potencia imperialista en crecimiento que le disputa amplias zonas del mercado mundial, tanto a EEUU como al imperialismo europeo. Este cambio en las relaciones de fuerza, en el marco de un mercado mundial que se estrecha, está llevando a una nueva guerra mundial.

El 19 de julio, el general Alexus G. Grynkewich, recién nombrado jefe del Comando Europeo de los EEUU y de sus aliados de la OTAN en Europa (dirigiéndose a una reunión de líderes militares y representantes de la industria de defensa de los 32 países de la alianza) decía que sus ejércitos deben estar preparados para afrontar la posibilidad de conflictos militares que involucren en simultáneo tanto a Rusia como a China en 2027. Destacamos “en simultáneo”, ya que indica adonde apuntan todos los preparativos políticos económicos y militares. Se trata en realidad de una división de tareas. Los países europeos de la OTAN se deberán hacer cargo de la guerra con Rusia, mientras EEUU encabeza la guerra con China.

Trump, necesita cerrar filas lo antes posible, para enfocar todo su poder militar en Asia Oriental. Tanto Pete Hegseth, secretario de Defensa, como Marco Rubio, en sendos viajes por Asia para reforzar las alianzas contra China, les dijeron a sus aliados de la “OTAN del Pacífico” (Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Filipinas) que hay que “disuadir la agresión de la China comunista” y que la amenaza de China “es real y podría ser inminente” para todos ellos, en particular para Taiwán. Sin embargo, no son solo palabras, se preparan para la guerra contra China, demostrando su poderío militar en Asia-Pacífico, como el ejercicio denominado Talisman Saber realizado a principios de junio, en el que participaron fuerzas militares de 19 países, el mayor hasta la fecha, diseñado específicamente para ensayar la guerra con este país. EEUU les dice a sus aliados del imperialismo europeo que deben hacerse cargo de la guerra en Ucrania. En palabras de J. D. Vance (vicepresidente) “Estados Unidos tiene que centrarse más en Asia oriental. Ese va a ser el futuro de la política exterior estadounidense durante los próximos 40 años, y Europa tiene que adaptarse a esa realidad”. 

No es que Trump sea un “pacificador”. El problema es que, para afrontar una guerra abierta contra Rusia, Europa, necesita tiempo para prepararse. Pero el tiempo juega en contra de EEUU, que necesita cuanto antes ir a fondo contra China. Trump lo explicó claro en la reunión sin precedentes con 800 oficiales -toda la plana mayor de las FFAA norteamericanas- convocada de apuro en Quantico, Virginia. Con su manera divagante, Trump expuso un cambio de orientación en relación a Rusia. Sin ser muy específico dijo que “recientemente nos sentimos un poco amenazados por Rusia, así que envié un submarino nuclear (o dos) hacia “la costa de Rusia, solo por precaución”. Agregó que es el arma más letal jamás creada y que EEUU está “25 años por delante de Rusia y China” en esa tecnología de proyección de fuerza y armas nucleares.”

Pero advirtió que, dado el rápido avance actual de Rusia y China, en cinco años podrían lograr estar en igualdad de condiciones. Esta reunión en la que hablaron el secretario del ahora renombrado departamento de guerra Pete Hegseth y el propio Trump, tuvo como objetivo “mostrar quien manda” y disciplinar a todo el alto mando a las decisiones discrecionales de Trump. Una especie de contracara al discurso del ex jefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley quien al retirarse antes de la asunción de Trump dijo que él era un general de la constitución y no de un aspirante a dictador. Para ir a la guerra Trump tendrá que concentrar el mando y eliminar a cualquiera que desentone.

Es que las políticas de aumentar aranceles ha sido un arma de doble filo. En algunos casos esa presión le sirvió para negociar desde una posición de fuerza y obtener algunos resultados económicos o políticos. Pudo sacarle más provecho al intercambio con Europa, Canadá y Mexico. Pero -como lo habíamos anticipado- no iban a dar resultado con China, y hasta le han jugado en contra con su propia burguesía imperialista. El anuncio de sanciones para quienes compren petróleo ruso empeoró la relación con la India* tuvo como reacción la visita de Modi a China en donde intercambio saludos cordiales con Putin y Xi Jinping, lo que implica una advertencia importante de India para EEUU. Sin embargo, parece que finalmente Modi está cediendo a las exigencias de Trump. Y lo mismo parece estar pasando con Lula.

En cambio, con China la guerra comercial vuelve a escalar. Pasando a la contraofensiva China endureció los controles para las exportaciones de tierras raras en respuesta al régimen de exportaciones del país norteamericano, que prohíbe a las empresas chinas acceder a chips de última generación y a las herramientas para fabricarlos. Como contrapartida Trump puso en duda una reunión prevista con Xi Jinping para fin de mes -que iba a realizarse cuando se encontraran en la APEC (la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico) en Corea del Sur- y anunció la imposición de un arancel adicional de 100% a productos chinos.

China domina la capacidad de procesamiento de tierras raras, lo que le da ventaja sobre EEUU y otros países. Quizás debido a ello es que el vicepresidente Vance llama al gobierno chino a ser “razonable”, es decir, a negociar.

Si miramos la situación de conjunto toda la política de EEUU va destinada a presionar a los aliados de China o a quienes son sus proveedores de petróleo o materias primas o mantienen con ese país una importante relación comercial, para ir reduciendo su influencia internacional. Antes de ir a la guerra EEUU hará todo lo posible por debilitar a China y crearle problemas internos.

Es que la crisis económica también le pega a China. Desde la crisis del 2008, la economía global de conjunto, permanece en un estancamiento prolongado, en donde la deuda de los Estados aumenta más que el PBI. Esta situación también está golpeando a China. Aunque el crecimiento del PIB de China sigue siendo mayor que el de EEUU, ya no volverá a los niveles de las décadas anteriores. El de este año es el peor rendimiento de la economía china desde 1990 (si se dejan de lado los años de la pandemia), pero la cifra oficial estimada de 4,8% cuando el cierre de 2024 fue de un 5 %.

Todavía no se han eliminado totalmente los altos niveles de endeudamiento que se vieron reflejados en la crisis inmobiliaria de Evergreen hace 2 años.  Esto coincide, además, con que cada vez se conceden y se demandan menos créditos que se destinen a la compra de viviendas. Por otro lado, los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística del PCCh, confirman el problema en el consumo interno. Las ventas minoristas, crecieron un 3,5% en 2024, un importante retroceso respecto al 7,2% del 2023.

En contraposición a estos problemas económicos, la reunión de Xi Jinping, Putin y Modi en ocasión de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Tianjin, en la cual participaron un total de 26 representantes de Estados miembros o invitados, fue una demostración de fuerza. Seguida del imponente desfile militar, en donde el EPL (Ejército Popular de Liberación) movilizando a decenas de miles de soldados, sacó a relucir su espectacular disciplina y sus armas más modernas, incluyendo las atómicas, demuestran que China está preparándose para la guerra y todo ello causó una profunda impresión a nivel internacional.

Cuando estamos terminando de escribir esta nota, Trump alcanza un momento alto de reconocimiento internacional, al conseguir el alto el fuego en Palestina, con el primer paso del intercambio de rehenes de Hamás por los prisioneros palestinos rehenes del sionismo.

En un discurso muy aplaudido por las distintas bancadas de la Knesset, Trump volvió a ostentar una gran superioridad militar por segunda vez en pocos días.  Repitiendo en el Parlamento israelí, lo que dijo hace dos semanas en la reunión de altos mandos de Quantico, Trump aseguró que EEUU tiene el “Ejército más grande y poderoso de la historia del mundo” y que cuenta con “armas con las que nadie jamás ha soñado”, que de momento su país no piensa entrar en un conflicto armado, pero “Si vamos a la guerra, la ganaremos como nadie jamás ha ganado una antes”. Esta nueva referencia a la superioridad militar no es casual. Es una respuesta evidente a la demostración militar de China.

Fuerte resistencia a las deportaciones y la militarización en EEUU

Mientras Trump aprieta y presiona a todo el mundo, las dificultades internas de EEUU parecen agravarse. La economía se mantiene en un crecimiento débil. Ni siquiera la IA le ha permitido aumentar la tasa de ganancia a las principales empresas yankis. “Estados Unidos tiene… un gasto ilimitado en capacidad de IA por parte de los gigantes tecnológicos, junto con un fuerte aumento del endeudamiento para financiarlo; pero aún no hay señales de ingresos o beneficios significativos procedentes de la IA y, además, una ralentización del resto de la economía, un déficit comercial en bienes cada vez mayor y un aumento del desempleo y los precios. Todo ello al entrar en la segunda mitad de 2025.” (Michael Roberts).

Por otro lado, el frente social interno está cada vez más complicado. Todos los índices sociales están a la baja, y el descontento con el gobierno es creciente. La ofensiva de Trump contra los inmigrantes latinos enviando guardias nacionales no solo ha provocado importantes movilizaciones como las que hubo en California, en Chicago y en Portland, sino que éstas también permitieron ver las contradicciones al interior de la propia burguesía imperialista en los encontronazos de Trump con el gobernador Gavin Newsom, ahora ampliadas al gobernador de Illinois JB Pritzker y la gobernadora de Oregon Tina Kotek.

De allí que Trump quiera fortalecer la intervención militar en los estados demócratas, lo cual sería un salto en la bonapartización del régimen, dado el marcado federalismo que resguarda a los Estados de norteamérica. Trump ya estuvo avisando en la mencionada reunión militar de Quantico que podría usar las tropas del ejército para intervenir en el interior del país usando esos Estados como “campos de entrenamiento”. Esta política que implica pasar por encima de los gobiernos estatales, junto con el “shutdown” (cierre de la administración), ha puesto en crisis la relación del gobierno con los demócratas, provocando una grieta política y social en crecimiento. Lo mismo que en el plano internacional, Trump va “con los tapones de punta” en la política interior, para imponer sus condiciones. Cuando estamos terminando de revisar esta nota se están produciendo multitudinarias movilizaciones en muchas ciudades de EEUU, bajo el lema “No King”, por lo que habrá que ver que efecto producen en la política del gobierno.

El imperialismo europeo, en su laberinto

Trump cree que Europa sin el apoyo directo de EEUU puede enfrentarse a una Rusia debilitada tras tres años y medio de guerra. Necesita que la burguesía imperialista europea se haga cargo de la guerra en Ucrania, para poder enfocarse plenamente contra China. Pero mientras Europa se prepara militarmente, EEUU todavía sigue proveyendo armamento y sigue tratando de negociar con Putin por lo menos un cese al fuego temporal.  

Tras la reunión con Putin en Alaska de la que no obtuvo nada, Trump parece ahora dispuesto a aumentar la presión contra Rusia, amenazando con proveer a Ucrania los misiles Tomahawk, que tienen un mayor alcance capaz de impactar en ciudades importantes como San Petersburgo o Moscú. Putin advirtió que si ello ocurriera se terminarían las “buenas relaciones” con Trump. Hubo una larga conversación por el “teléfono rojo” y abrieron otra instancia de negociación, pero el resultado es incierto. Si esta conversación fracasa, es probable que haya una escalada militar de la guerra.   

Mientras tanto el aumento del presupuesto militar se realiza en detrimento de la asistencia social y otros pocos beneficios que la clase trabajadora todavía mantiene, provocando una mayor explotación para los trabajadores lo que, sin dudas, traerá un crecimiento de la lucha de clases.  La clase trabajadora europea va a defender lo que queda del “estado de bienestar”. Pero también van a aumentar las contradicciones al interior de la propia burguesía imperialista europea entre los sectores socialdemócratas que venían en sintonía con los demócratas yankis impulsando la globalización, pero ahora bailan con la música de Trump, y los sectores conservadores de derecha y nacionalistas que en aras de retomar el crecimiento económico de sus países quisieran volver a los acuerdos con Rusia.

Es que la UE+UK no solo viene perdiendo la guerra en Ucrania sino también está debilitándose política y económicamente a nivel global; el caso más notorio es Francia, que hasta hace poco era -junto con Alemania- la potencia más fuerte de Europa, pero ha perdido la influencia que mantenía en sus ex colonias de África a manos de Rusia y China.

En Francia también hubo importantes protestas cuyo objetivo era evitar que se aplicara el aumento en la edad jubilatoria, y que se aprobara el presupuesto de 2026 que Bayrou (anterior primer ministro) había preparado, con recortes en programas sociales, congelación de prestaciones y la supresión de dos días festivos. Estas manifestaciones y las diferencias en el parlamento provocaron una crisis política y el recambio de Bayrou por Lecornu, que en pocos días tuvo que renunciar. En un segundo intento de formar gobierno, Lecornu, anunció la suspensión hasta 2028 de la reforma de las pensiones aprobada en 2023, que era la condición innegociable de los socialistas para no presentar una moción de censura en su contra.

Palestina: se cierra un capítulo

La nueva oleada de luchas en Francia se conecta con las grandes movilizaciones en varios países de Europa a favor del pueblo palestino, en contra de la continuidad del genocidio. Estas fueron muy masivas, e incluyeron huelgas en Italia, la manifestación de 250 000 personas en La Haya y otras de proporciones similares en Roma y Sidney.

Los gobiernos europeos respondieron a esta presión de masas planteando el reconocimiento de un Estado palestino (la vieja y remanida “solución” de los dos Estados), pero condicionando ese reconocimiento a que Hamás entregara los rehenes, depusiera las armas y no participara de su gobierno. En este marco el bombardeo israelí contra una reunión de negociación con Hamás en Qatar impulsó a los países árabes a reunirse convocados por Qatar ante la gravedad de la situación que implicaba la expansión de las acciones militares de Israel. La conclusión de esa reunión fue que había que terminar con la guerra, aceptando el “plan de paz” presentado por EEUU que, con el visto bueno de Putin, consiguió el aval hasta de Irán. Y mientras el pueblo palestino estaba recibiendo un apoyo cada vez más amplio del movimiento de masas, los gobiernos imperialistas y árabes se apuraron a aislar a Hamás para que terminara aceptando el plan yanki, que de concretarse totalmente significará la colonización completa de Gaza. Independientemente de lo que pueda ocurrir más adelante, el capítulo abierto el 7 de octubre de 2023, se cerró con el intercambio de rehenes.  

América latina

En América Latina Trump también está a la ofensiva. Primero amenazó con aplicar sanciones si se condenaba judicialmente a Jair Bolsonaro acusado de promover un golpe de estado contra Lula, cuando este recién había ganado las elecciones. Después ejecutó su amenaza elevando al 50% los aranceles a los productos brasileños. Tras discursos duros de una parte y de otra parece que habría alguna reunión próximamente para negociar entre Trump y Lula. Ya mantuvieron una videollamada de 30 minutos el lunes 6 de octubre.

Lo más probable que el objetivo de Trump esté puesto, más que en la condena de Bolsonaro, en el corredor bioceánico que se está construyendo en Brasil con financiamiento chino, para unir un puerto brasileño del Atlántico con el puerto peruano de Chancay, que ya está operado por China.

Pero en donde la ofensiva yanki parece más fuerte es contra el gobierno venezolano. Allí se han enviado varios buques de guerra, un submarino, y fuerzas militares, que tras hundir algunas pequeñas lanchas que supuestamente transportaban droga, amenazan con acciones militares en territorio de Venezuela. Hace pocos días Trump desechó un pedido de Maduro de abrir negociaciones diplomáticas.

Contrariamente a la presión extrema contra estos países miembros del BRICS y aliados de Rusia y China, el gobierno norteamericano le ha dado un amplio apoyo político y económico a la Argentina, cuyo presidente Milei es un subordinado incondicional de Trump y del gobierno israelí. 

Furiosos remolinos de la lucha de clases

Paralelamente a esta ofensiva yanki se han desarrollado dos fuertes movimientos de masas en Perú y Ecuador.

En Perú una movilización en Lima terminó obligando al Congreso a deponer a la presidenta Dina Boluarte que había asumido hacía solamente 2 años y 10 meses en medio de una brutal represión tras el juicio político que desalojó del poder a Castillo. Boluarte fue denunciada por la muerte de civiles durante las protestas antigubernamentales que se sucedieron tras su llegada al poder en diciembre de 2022. La Fiscalía la investigó por presunto homicidio calificado. La Federación Internacional por los Derechos Humanos también la denunció ante la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de lesa humanidad. Recientemente fue cuestionada por un lujoso reloj de la marca Rolex y otras joyas de alto valor cuyo origen no pudo explicar. También enfrentaba investigaciones por presunto lavado de activos y otros actos de corrupción. El detonante final que provocó la destitución por el Congreso fue un tiroteo en un concierto en Lima el 8 de octubre de 2025, donde resultaron heridas cinco personas, lo que puso de manifiesto el descontrol frente al crimen organizado. La verdadera causa de la destitución fue la gran movilización popular que reclamaba su caída.

La destitución de Boluarte refleja la profunda y constante crisis política de Perú, donde la vacancia (destitución) por “incapacidad moral” se ha convertido en un mecanismo recurrente para remover presidentes en los últimos años. Tras su salida, el presidente del Congreso, José Jerí, asumió la presidencia de manera interina. Pero su designación provocó nuevas movilizaciones en su contra ya que está acusado de agresión sexual y conducta sexual patológica, enriquecimiento ilícito y corrupción.

En Ecuador, el presidente Novoa impuso el estado de excepción en 10 provincias para frenar la movilización campesina contra la quita del subsidio al diesel que hizo aumentar su precio un 55%, afectando directamente los costos de transporte y la producción agrícola. El intento por eliminar los subsidios a los combustibles tiene antecedentes en gobiernos anteriores y al igual que ahora ha provocado los levantamientos campesinos-indígenas de 2019 y 2022.

Mediante la represión y la militarización el gobierno logró presionar a algunos dirigentes campesinos y transportistas para el levantamiento del paro en algunas regiones, a cambio de abrir mesas de diálogo. Pero no logró quebrar el paro nacional campesino-indígena convocado por la CONAIE (Confederación nacional indígena de Ecuador) que se mantiene y ya cumple 25 días de bloqueos de rutas, movilizaciones y enfrentamientos con las fuerzas represivas. Además del precio del diesel, la CONAIE, reclama contra la expansión de proyectos mineros que impactan en sus territorios, y el rechazo a la realización de una asamblea constituyente propuesta por el gobierno que podría modificar la Constitución en un sentido reaccionario en contra de sus intereses.

Ya hemos mencionado situación en Europa con huelgas en Francia, Italia, Bélgica, y la crisis por la caza y deportación de inmigrantes en EEUU. Pero, además, el deterioro de la situación económica y con ello de las condiciones de vida de la clase trabajadora que van empeorando en todos lados, están produciendo grandes movilizaciones en varios países: Bangladesh, Indonesia, Nepal, Madagascar; Marruecos. Hay una irrupción de los sectores jóvenes y más precarizados que se enfrentan a las fuerzas represivas y atacan las instituciones del régimen y a los representantes políticos. [VER RECUADRO]

En conclusión, podríamos decir que estamos en una situación en la que, antes del desenlace militar de una guerra mundial, los principales contendientes imperialistas se van preparando, armamentísticamente y económicamente, tratando de ocupar las mejores posiciones antes de la contienda. Por su parte la clase trabajadora y sectores populares protagonizan enormes movilizaciones con un alto grado de espontaneidad y en algunos casos hasta voltean gobiernos o provocan su caída, pero al no haber ninguna organización revolucionaria capaz de luchar por el poder, el régimen burgués logra encontrar un recambio. Esto evidentemente está facilitado por el hecho de que las movilizaciones protagonizadas por una conjunción de sectores de la clase trabajadora -en la cual está incluida la “generación z”- ven la causa de su pobreza y explotación en la corrupción del régimen político, pero sin asociarlo todavía con el régimen social capitalista, cuyo poder es el que realmente representan esas “castas” políticas. Las huelgas en Europa por el ajuste impuesto a causa del aumento del armamentismo, sumado al deterioro de la situación económica por la crisis general, empieza nuevamente a movilizar la lucha de clases. Y junto con esta, las multitudinarias movilizaciones contra el genocidio, aún con el difuso argumento de defensa de la humanidad hacen de precedente importante contra la guerra en general, sobre todo quizás contra una guerra abierta entre Rusia y los países europeos de la OTAN. Si ello realmente ocurriera sería un punto de apoyo importante para transformar la guerra interimperialista en una guerra civil revolucionaria, la conquista del poder por la clase trabajadora y la revolución socialista.  

Mariano López y Antonio Bórmida, 18/10/25

* Narendra Modi (presidente de la India) juega a dos bandas. Luego de que Trump en agosto de este año, impusiera un arancel adicional del 25%, elevando el gravamen general al 50% sobre los productos procedentes de la India, como sanción por la compra de petróleo ruso, acerco posiciones y mantiene reuniones bilaterales con China. Pero India realiza ejercicios militares conjuntos y sella acuerdos militares con Filipinas -un aliando de EEUU- y sigue siendo miembro del QUAD.

vvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv

RECUADRO

El deterioro de la situación económica y con ello las condiciones de vida de la clase trabajadora que van empeorando en todos lados, están produciendo grandes movilizaciones en varios países: Bangladesh, Indonesia, Nepal, Madagascar, Marruecos. Hay una irrupción de los sectores jóvenes y más precarizados, que se enfrentan a las fuerzas represivas y atacan las instituciones del régimen y a los representantes políticos

  • Si tomamos los movimientos desde 2024, el primero que destaca es el de Bangladesh. Este comenzó en julio de 2024 con una protesta masiva de estudiantes reclamaban contra el sistema de cuotas para ocupar empleos en la administración pública. Pronto se transformó en un movimiento masivo que quería la caída del gobierno. Tras semanas de disturbios y una brutal represión en la que murieron más de 100 manifestantes, la entonces primera ministra, Sheikh Hasina, dimitió y huyó del país el 5 de agosto de 2024. Tras la caída de Hasina, el presidente Shahabuddin designó un gobierno interino, encabezado por el premio nobel de la paz Muhammad Yunus.
  • En septiembre de 2025, en Nepal ocurrieron masivas y violentas manifestaciones. Estas protestas, encabezadas principalmente por jóvenes (a partir de lo cual se empieza a hablar de la Generación Z), estallaron inicialmente por la prohibición de redes sociales, pero rápidamente empalmaron con un movimiento más amplio contra la corrupción gubernamental, reflejando en el fondo las malas condiciones de vida y el alto desempleo que hace que en gran medida la juventud deba exiliarse para poder trabajar y ayudar a sus familias enviando remesas de dinero. Las protestas se tornaron violentas, con enfrentamientos entre manifestantes y la policía. Hubo más de 70 muertes. Los manifestantes indignados incendiaron el edificio del parlamento, la Corte Suprema y las residencias de líderes políticos en Katmandú y otras ciudades. El primer ministro Sharma Oli, junto con otros ministros, fue obligado a dimitir. El presidente Ram Chandra Poudel nombró a Sushila Karki (una ex presidenta del Tribunal Supremo con imagen de anticorrupción) como jefa interina del ejecutivo (hasta que haya elecciones en marzo de 2026), tras lo cual se impuso el toque de queda y desplegaron al ejército en las calles para restablecer el orden. La designación de Sushila Karki se produjo con la aprobación del movimiento juvenil.
  • En Indonesia las movilizaciones comenzaron a partir del 25 de agosto, cuando miles de estudiantes y trabajadores, se concentraron frente al Parlamento en Yakarta.

Lo que comenzó como manifestaciones contra los generosos subsidios de vivienda para los legisladores, se intensificó con la muerte de un repartidor, lo que encendió un descontento más profundo por la desigualdad económica y la represión policial. Protestaban por el costo de la vida, la inflación y la falta de puestos de trabajo especialmente para los jóvenes graduados. Exigían la eliminación de un subsidio de vivienda para los 580 legisladores, percibido como un despilfarro obsceno, ya que equivalía a casi diez veces el salario mínimo en la capital. La situación se tornó más tensa el 29 de agosto, tras la muerte de Affan Kurniawan, un repartidor de 21 años, que fue atropellado por un vehículo policial antidisturbios en un enfrentamiento en Yakarta. Este incidente desató una ola de indignación. Las protestas se extendieron a otras ciudades y se volvieron cada vez más violentas. Hubo enfrentamientos con la policía, incendios de edificios legislativos y saqueos. La represión fue dura, dejando al menos 11 muertos y miles de detenidos, según informes de Amnistía Internacional.

El presidente Prabowo Subianto (quien asumió el cargo en octubre de 2024) debió cancelar un viaje a China y emitió disculpas públicas por la muerte del repartidor, además de ordenar una investigación. El gobierno revirtió algunos de los subsidios legislativos en un intento de calmar la situación. 

  • Madagascar tiene una de las tasas de pobreza más altas del mundo y alta desocupación, especialmente para los jóvenes. Ese es el trasfondo de la situación. El detonante fue la frustración, especialmente de los jóvenes, por los cortes constantes y prolongados de agua y electricidad, que afectaban la vida diaria y la economía. Este descontento detonó las movilizaciones hacia comenzaron a finales de septiembre. Las redes sociales sirvieron de plataforma para amplificar las denuncias de corrupción y el enriquecimiento de la élite política, en contraste con la pobreza extrema que vive la mayoría de la población. La indignación creció al ver que los políticos vivían en el lujo mientras el pueblo se hundía en la miseria. Las manifestaciones, se volvieron violentas en algunas zonas, con ataques a las residencias de políticos. La respuesta represiva de las fuerzas de seguridad resultó en la muerte de al menos 22 personas y más de 100 heridos. El 12 de octubre, una unidad de élite de las Fuerzas Armadas (CAPSAT) se unió a los manifestantes y tomó el control de la capital, Antananarivo, sin apenas resistencia. El presidente Andry Rajoelina huyó del país el 13 de octubre. El coronel Randrianirina asumió la presidencia tras el golpe de Estado el 17 de octubre. 
  • Masivas protestas también han sacudido Marruecos en septiembre y octubre de 2025. Los medios de difusión se las atribuyen a “la Generación Z”, como se llama a la movilización de la juventud trabajadora precarizada organizada a través de redes sociales. El detonante fue la muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital de la ciudad de Agadir a finales de septiembre. Esto desató una ola de indignación popular por el deficiente estado de los servicios sanitarios, la falta de personal y la escasez de recursos. Como en otros países los manifestantes denuncian la opulencia de la casta política en contraste con la pobreza y precariedad de la mayoría de la población, el desempleo juvenil, que es del 35% en el grupo de 15 a 24 años. Se pronuncian contra el gasto millonario en infraestructura para el Mundial de 2030 que acogerá el país, mientras falta de inversión en servicios básicos como la educación y la salud.

Los manifestantes han exigido al rey Mohamed VI, la dimisión del primer ministro Aziz Ajanuch. El gobierno marroquí respondió prometiendo diálogo, pero las movilizaciones continuaron y se extendieron a numerosas ciudades como Rabat, Casablanca y Agadir, derivaron en disturbios, saqueos y enfrentamientos con la policía. Hubo cientos de detenidos y al menos tres muertos. Varios jóvenes que participaron en los disturbios han sido condenados a penas de hasta 15 años de prisión.

Deja un comentario