Venezuela: Pasaron las elecciones ¿y ahora qué? 

Lo ocurrido en las últimas elecciones presidenciales venezolanas quizás es uno de los hechos mediáticamente más escandalosos en violación de derechos democráticos por parte del chavismo, pero ni es el primero ni será el último.

En las elecciones presidenciales del 28 de Julio, finalmente entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremos de Justicia (TSJ) reconocieron y legitimaron la victoria de Nicolás Maduro como presidente sin presentar los resultados por centro de votación. Esta posición del CNE ha sido avalada por toda institucionalidad venezolana, mientras diversos sectores manifestaron serias dudas sobre el resultado final.  

El ataque abierto del chavismo contra los derechos democráticos de la clase trabajadora venezolana ha estado presente desde la presidencia del mismísimo Chávez. Por tomar una muestra, hace 20 años el gobierno se convirtió paso a paso, en el primer saboteador de las iniciativas de control obrero y tomas de empresa de parte de los trabajadores. Acciones que él mismo impulsaba en su discurso, para poder contar con el apoyo de la masa laboral en su disputa contra la oposición, pero que luego golpeaba con sus funcionarios y cuerpos de seguridad.

Casos como los de control obrero en la empresa sanitarios Maracay (2007), la huelga en la fábrica Alpina (2008) o la toma de las instalaciones de Mitsubishi en oriente (2009) fueron perseguidas por el gobierno y las dos últimas con saldo mortal para los dirigentes sindicales a manos de los organismos de seguridad del estado. Sonado también fue el caso del cacique Sabino Romero (2012), luchador por el derecho de las tierras indígenas y asesinado por sectores vinculados a militares zulianos.  

Chávez, para ponerle un freno a las legítimas luchas del pueblo, creó leyes como la que dice proteger la soberanía alimentaria, disminuyendo el accionar sindical de los trabajadores de este sector. También, la última Ley del Trabajo aprobada por él socaba y restringe derechos que habían sido obtenidos por los trabajadores en décadas de lucha. Entre otros derechos vulnerados están, el derecho a huelga, discusión de contrataciones colectivas -que ahora requieren la aprobación y participación del inspector de trabajo-, asimismo, la actividad organizativa sindical independiente fue golpeada, colocando como requisito, la actuación del CNE para la realización de elecciones sindicales.

La violación de los derechos democráticos continuó y se profundizó después de la muerte de Chávez, con medidas como el desconocimiento de las contrataciones colectivas de todos los trabajadores del país, el aplanamiento del salario de todos los venezolanos con la reconversión y su supuesto anclaje al desaparecido “Petro”, la privatización solapada de la educación (donde en el último año escolar nuestros estudiantes pasaron de 5 días presenciales a dos días de clase a la semana), la imposición del cobro del salario a través del sistema patria, donde no existe ninguna oficina donde se pueda reclamar.

Asimismo, se puede enumerar la persecución y judicialización de trabajadores que protestan como el caso de los petroleros que denunciaban las actividades ilegales de extracción de petróleo, los trabajadores de Guayana que realizaban demandas laborales, periodistas del canal de tv del estado despedidos por hacer público a través de redes sociales su posición política contraría al gobierno y no dejamos de mencionar la medida de bloqueo de la red social X y la censura a páginas web como la de Aporrea que ataca el derecho a la libertad de expresión e información.

La arremetida contra los derechos democráticos de la clase trabajadora por parte del chavismo, -en complicidad con la oposición-, ha sido sistemática, profunda y constante a través de los años. Maduro ha dicho claramente que este gobierno se seguirá sosteniendo sobre la unidad cívico-militar-policial. Recientemente ha desarrollado su estructura de organización social llamada “1X10” bajo una aplicación móvil que sirve para mapear toda la actividad de los ciudadanos en sus zonas residenciales, entregando al gobierno información de la vida personal y que ya fue utilizada para denunciar por parte de sus militantes en cada barrio, a las personas participantes en las protestas post-electorales. El gobierno ha convertido a su estructura de asistencia social en informantes, involucrando a los consejos comunales, consejos campesinos y de trabajadores hasta los manzaneros de los comités locales de abastecimiento y producción (clap) como agentes de inteligencia social.

La lucha por nuestros derechos no podemos dejarla en las manos de la oposición. Llámese María Corina o Edmundo, el plan de estos representantes del otro sector burgués es el mismo de todo capitalista, defender sus privilegios y beneficios a costa del desangre de la clase trabajadora. El gobierno chavista es un gobierno burgués que se esconde bajo un discurso socialista para ilusionar a un sector de la población; es labor de todos los revolucionarios desenmascararlo y dejar en evidencia su carácter antidemocrático y antiobrero. Así como también es labor de todo revolucionario luchar por la preservación de nuestros derechos y espacios democráticos, y la resistencia a la ofensiva de un gobierno que siente la erosión de su base social en combinación con un rechazo generalizado que lo impulsa a apoyarse cada vez más en sus aparatos represivos.

Solo un gobierno de los trabajadores puede resolver los problemas fundamentales de la población y construir una democracia obrera que garantice las libertades de nuestra población ante la barbarie del sistema capitalista. Los agentes de la burguesía en Venezuela, llámese chavismo u oposición tienen claro su plan, ellos van a defender los intereses de los capitalistas dentro y fuera del país. Y no van a escatimar en su salvaje accionar y en el uso de los organismos represivos para imponernos su paquete económico.

Nosotros debemos reagrupar nuestras fuerzas y organizar al proletariado venezolano y sus aliados, para resistir la ofensiva económica y represiva que el chavismo descarga sobre todos, defender los espacios y derechos democráticos donde sea posible, con demandas como:

*Reconocimiento y respeto a la actividad sindical

*Discusión y respeto de las contrataciones colectivas

*Derecho a la protesta y libertad para los venezolanos encarcelados por protestar

*Elecciones de autoridades rectorales y estudiantiles en todas las universidades del país

*Aumento salarial igual a la canasta básica en lugar de la bonificación

*Educación y salud gratuita y de calidad y NO a su privatización solapada

*Derecho a participar con tarjeta independiente en las elecciones de cargos de elección popular.

*Derecho a expresar libremente nuestro pensamiento, aunque este sea contrario al del partido gobernante.

*Derecho a conocer los resultados electorales por cada centro de votación.

Corriente Socialista Revolucionaria – El Topo Obrero

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