Análisis general de las elecciones:
Las elecciones de Bolivia se realizaron el 17 de agosto con un vencedor a primera vista inesperado. Es que el partido Demócrata Cristiano (PDC) del binomio Paz-Lara ganó con el 32% (1 millón 717 mil) de los votos cuando ninguna encuesta lo situaba por encima de los 10 puntos. Fue secundado por Alianza Libre de Tuto Quiroga con 26,7% con quien dirimirá la presidencia en la segunda vuelta el 19 de octubre.
Lo más destacable es la aplastante victoria de la derecha tradicional del país, representantes directos de la agroindustria de Oriente y del imperialismo yanqui. Es que a los dos primeros, se suma Alianza Unidad de Doria Medina (16,7%) y APB De Manfred Reyes Villa (6,75%), haciendo un total de 85,15% de los votos válidos (excluye en blanco y nulos).
Para quienes no lo conozcan Rodrigo Paz Pereira es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (89-93), y si bien a nadie se le debe achacar los pecados de sus padres, en este caso demuestra seguir la línea política familiar. La prensa lo pinta de centro o de centro derecha, pero su discurso anti estatista contra las trabas a la inversión privada con su eslogan de campaña “capitalismo para todos” así como su anuncio de “eliminación” de la aduana, hace recordar bastante a Milei.
Por su parte, la denominada “izquierda” boliviana sufrió una derrota catastrófica luego de gobernar los últimos 20 años aglutinada en torno al MAS (con el breve intervalo del gobierno de Añez 19-20).
Este partido, producto de su crisis de gobernabilidad y lucha interna de facciones implosionó en varios pedazos. El candidato oficialista Castillo, ministro de gobierno de Arce Catacora (que se bajó por su impopularidad), sacó un lapidario 3,17%, con lo cual el MAS desapareció del senado y apenas pudo salvar la sigla. Por su parte el presidente del senado, Andrónico Rodríguez, que parecía que sería el candidato del evismo cuando Morales fue inhibido, sufrió el revés de que éste último le retiró el apoyo y lo llamo traidor, sacando finalmente el 8,5%. La jugada más astuta la hizo Evo que llamó al voto nulo al afirmar que no había ningún candidato que representara al pueblo, de ese modo se adjudicó simbólicamente el 1 millón 371mil votos nulos. Si bien no cabe duda que buena parte de ellos se deben a su llamado, lo concreto es que, la suma de los votos de los candidatos de ese espectro político apenas superaron los 10 puntos.
El resultado es aún más destacable cuando a diferencia de otras elecciones que camuflaban su discurso, esta vez los candidatos de la derecha tradicional expusieron abiertamente su programa liberal de privatizaciones, expansión del latifundio expulsando comunidades de sus tierras, entrega de recursos al capital imperialista y quita de subsidios al combustible (gasolinazo). Programa netamente anti obrero que incluso los candidatos de la denominada izquierda replicaron en varios puntos centrales como la quita de subsidios a los combustibles.
Esa congruencia discursiva no es tan rara como parece, por un lado, ante la crisis del sistema todos los partidos del régimen compiten por demostrarles a sus amos que son los más aptos para salvar al capitalismo a costa de los trabajadores. Por otro lado, la conciencia de estos últimos se fue machacando con el engaño de que el modelo del MAS que llevó a la debacle al país, fracasó porque nacionaliza empresas y porque es de izquierda y porque es socialista.
Un breve análisis de los gobiernos del MAS para entender su debacle:
Pero el MAS nunca fue nada de eso, siempre señalamos y hace falta repetirlo cuantas veces sea necesario, que llegó al poder para salvar al capitalismo de su crisis. Que las limitadas medidas a favor de los obreros y campesinos pobres fueron las concesiones mínimas para contener a las masas radicalizadas luego de la guerra del gas, a la vez que les prometía avanzar hacia el socialismo mediante un “proceso de cambio”. Pero el proceso fue para consolidar a un nuevo sector burgués alineado con el gobierno mientras el imperialismo campeaba a sus anchas.
Uno de sus ideólogos, el vicepresidente García Linera, una vez que se calmaron un poco los ánimos de las masas, dejó de hablar de socialismo para pasar a decir que el modelo del MAS era el capitalismo andino amazónico, dando a entender con ello que es posible un capitalismo que no sea depredador de la naturaleza, que defienda a los trabajadores y a las comunidades indígenas y campesinas y que a la vez garantice las ganancias de las transnacionales y latifundistas, que estos ya no someterían al país sino que se transformaban en socios, y que todos estos actores ganaban en una armoniosa “economía plural”, sin disturbios, sin lucha de clases, un cuento de hadas. Una versión “andino amazónica” de la espiral de bienestar del peronismo.
Estos cuentos tan bonitos se fueron combinando en medida creciente con leyes anti obreras como la ley de pensiones, y a favor del imperialismo como la ley minera, y a favor de los latifundistas, que luego de proteger su propiedad en la Constitución de 2008 se les alentó a deforestar e incendiar para apropiarse de bosques nativos, con medidas como las sucesivas legalizaciones de desmontes. Sojeros, madereros, ganaderos, todos ellos grandes empresarios, festejaban que un promedio de 100 mil has anuales de bosques y selva con toda su biodiversidad se perdían para siempre, mientras los funcionarios del gobierno hacían ofrendas a la pacha mama. Y cada vez que los trabajadores y comunidades indígenas o campesinas protestaron, el gobierno de “izquierda” respondió con brutales represiones (2010 Caranavi, 2010 gasolinazo, 2011 marcha indígena por el TIPNIS, 2012 Malku Khota, 2012 ley de pensiones, 2013 Apolo, 2015 Universidad UMSS, 2016 discapacitados, 2017 Achacachi, 2018 Universidad UPEA, 2021 Adepcoca, por nombrar algunos).
Las nacionalizaciones mineras de Huanuni y Colquiri fueron el logro de los mineros que tuvieron que vencer al gobierno en su intento de cooperativizar esos yacimientos (2006 y 2012 respectivamente). Eso no impidió al MAS apropiarse discursivamente de las nacionalizaciones una vez que se impusieron muy a su pesar. Pero esas empresas de estaño no abarcan ni el 10% de la minería, la cual siguió en manos transnacionales. Estudios de CEDLA y del CEDIB demostraron que las grandes empresas dejaron al país menos en regalías e impuestos (8%) que la minería en la época de los barones del estaño ¡Y eso que Patiño elegía los presidentes a dedo!
En los hidrocarburos nunca hubo nacionalización, solo una renegociación de contratos con las 9 transnacionales cuyos intereses condujeron a la guerra del gas. Goni escapó en helicóptero, pero estas empresas siguieron operando, y no solo eso, el MAS les cedió la política hidrocarburífera a cambio de mayor participación estatal en las ventas, que en el mejor de los casos llegaba al 50% (por lo general fue muy inferior por “incentivos a la producción” y “reconocimiento de costos”). Por buen negocio que parezca significó “pan para hoy y hambre para mañana”. Es que a esas empresas no les interesaba hacer las costosas actividades de exploración y perforación. era más barato llenar barriles y exportarlos, actividad que tenía un costo de 3 dólares, en una época que el barril rondaba los 100 dólares significaba una ganancia al menos de 47 dólares por barril (descontado el 50% estatal), negocio redondo que llevó al presidente de Repsol Antonio Brufau a ser un aliado incondicional del gobierno.
Este fue el corazón de la política del MAS, rentista y extractivista, alentaba la extracción para que ingresen divisas, con ello garantizaba, durante la época de bonanza, la política de concesiones a trabajadores y campesinos pobres, también la obra pública que fue la forma clásica de desviar capital hacia la burguesía nacional alineada, con adjudicación directa o licitaciones amañadas y con sobreprecios, y por último le permitió mantener la estabilidad macroeconómica con un dólar que se mantuvo a 7bs durante 15 años y con una inflación menor a la de todos los países de la región.
Pero el 2014 empezó a golpear la crisis capitalista mundial. Se tardó 6 años en manifestarse luego del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008. Eso llevó a Evo a afirmar jocosamente que “la economía boliviana está blindada contra la crisis porque no somos capitalistas”, la realidad es que los países abastecedores de materia prima sintieron la crisis recién cuando los nuevos ciclos capitalistas demandaron menos recursos luego de especular en un primer momento con una reactivación que nunca llegó.
La realidad demostró ser más bien la contraria a la que imaginaba Evo. Bolivia no solo es capitalista, sino que si sintió la crisis tarde es porque además es un capitalismo atrasado, dominado por el imperialismo, con una economía primaria exportadora.
El hecho es que en 2014 el precio del petróleo se derrumbó de 100 a 70 dólares en unos días y años posteriores bajaría mucho más. El “remedio” del gobierno fue alentar a las transnacionales a extraer más, lo cual significaba acelerar el agotamiento de las reservas. Ya por entonces, alertamos la catástrofe adonde se conducía el país, dijimos “la orientación extractivista del gobierno secará las reservas y con ello se desmoronará todo el castillo de naipes, porque siendo que la agroindustria no deja impuestos y la minería un irrisorio 8%, toda la política económica del gobierno depende de las reservas hidrocarburíferas que son escasas”. La debacle macroeconómica actual también se debe a este hecho. No entran divisas al país, por el contrario, las pocas que hay se usan para importar diesel. En definitiva, al igual que el resto de los países, Bolivia se ha estado financiando de deuda tanto externa como interna, que ya es por lejos la mayor de la historia.
Son estos hechos los que condujeron a la ruina del MAS. No puede ser porque hayan nacionalizado porque no lo hicieron. Mucho más disparatado es decir que tenía un atisbo de socialismo. Su fracaso es porque fue netamente capitalista, y un gobierno que aceptó dócilmente el sometimiento al imperialismo, por eso son absurdas también todas esas pretensiones de que haya sido un gobierno anti imperialista. Luego de 20 años en el poder el país no bajo del 70% de trabajo informal, trabajo precarizado con salarios muy por debajo del mínimo legal y sin prestaciones sociales.
Por último, a diferencia de otros países de la región donde partidos afines al MAS fueron cogestionando la crisis con partidos de ideología abiertamente liberal alternándose el poder, lo que les permite a unos y a otros lavar sus pecados señalando los ajenos, el MAS, exceptuando los meses de Añez, asumió todo el desgaste de aplicar y sostener la política anti obrera en el contexto de la crisis mundial durante los últimos 15 años.
¿Por qué ganó la primera vuelta el PDC y cómo posicionarse ante el nuevo gobierno?
La experiencia del MAS se agotó, con ello se entró en una época de crisis de representatividad. Ya hace tiempo la mayoría de las masas habían perdido el entusiasmo de los primeros años y votaban a ese partido creyendo que era el mal menor, pero ahora ni siquiera eso. Sin embargo, tampoco encuentran otra referencia. Esto se expresó en la alta abstención del 13%, sumado a un total de blancos y nulos del 22,4% de los votos válidos (19% del padrón). Es decir que el 32% de los votantes habilitados no eligieron ninguno de los candidatos. Considerando el total del padrón el PDC obtuvo apenas el 21,6%.
Podemos aproximarnos a una comprensión de la victoria de Paz-Lara. En primer lugar, las masas se decantaron por un binomio con menos arrastre que los demás, en cuanto a haber sido parte de gobiernos anteriores. También ganó adhesión la figura del candidato a vice, Edman Lara, un excapitán de policía despedido por denunciar la corrupción de los altos mandos. En tercer lugar, así como muchos habrán votado nulo por el llamado de Evo, muchos también rechazaron esa opción al entender que sería considerado como un voto a favor suyo, y apoyados fundamentalmente en los dos motivos señalados dieron su voto a PDC.
Hay un par de datos que respaldan estas hipótesis, primero que ninguna encuesta estuvo siquiera cerca de predecir este resultado, (las más optimistas le daban 10 puntos). Por mal que hagan su trabajo o parcializadas que estén, la diferencia es demasiado grande y expresa que la mayor parte de los votos del PDC fueron indecisos hasta los últimos días. Segundo es el desglose por departamento, Paz-Lara ganó en todo el occidente, en los departamentos en que solía ganar el MAS, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba, mientras que perdió en los 4 departamentos de oriente. Esto expresa un rechazo al MAS, pero también a todos los representantes más conocidos de la agro industria de oriente que hicieron su campaña desde esa trinchera, y si bien Paz es senador por Tarija donde fue alcalde, no tiene el lastre de los otros de haber encabezado el separatismo de oriente en el periodo 2006-2008 y realizó su campaña viajando a las comunidades del altiplano.
Lo más probable es que el PDC se imponga también en la segunda vuelta, más aún con el anuncio de Doria Medina de darle su apoyo. Sea así o se dé la sorpresa de que gane Tuto, las masas no deben esperar nada del próximo gobierno. El ajuste se seguirá aplicando con un gasolinazo que ya todos dan por seguro, con la única duda de si será de golpe o gradual, pero que no podrá imponerse sin una fuerte represión. Así comenzará el gobierno, todo esto se dará en el primer año.
Sin embargo, la crisis de representatividad no es crisis de régimen si no se traduce en movilización y organización de las masas; durante todos los ‘90 los presidentes electos ganaron con poco más del 20%, pero hizo falta una guerra del gas para hacer tambalear al régimen.
Las masas trabajadoras solo podrán enfrentar las políticas anti obreras con una completa independencia de todas las variantes burguesas incluido el evismo. Como de lo que se trata una vez más es de salvar al capitalismo de sus crisis, todos los partidos darán gobernabilidad, Evo hará oposición con bloqueos en Chapare cada tanto, pero con el freno de mano puesto por el miedo a un movimiento de masas independiente. Recordemos que cuando cae Goni en 2003 pactó con la derecha tradicional elecciones recién para 2006 y durante esos tres años colaboraron para calmar el fervor popular.
Será una gestión inestable y con muchas protestas, es posible que el gobierno entre en crisis rápidamente. Los trabajadores debemos luchar y organizarnos para poder reemplazarlo con un gobierno propio, obrero y campesino, que instaure las bases mínimas para avanzar al socialismo; la expropiación de todo el latifundio, la nacionalización de la minería e hidrocarburos expulsando a las transnacionales, el monopolio estatal del comercio exterior y la banca, orientando el Estado a la lucha por expandir la revolución internacionalmente.
Joaco Cuevas, 6/10/25