Palestina:¡Viva la lucha del pueblo palestino!¡Abajo el Estado sionista de Israel!

El 7 de octubre se produjo un sorpresivo y audaz ataque de las brigadas de combatientes palestinas (Al Qasam-Hamas y Jihad Islámica) penetrando en territorio ocupado por Israel. Respaldados con el lanzamiento de 5 mil cohetes, provocaron una importante cantidad de bajas entre soldados israelíes y civiles. Además de infligir este golpe militar y moral, al humillar al poderoso ejército israelí, la incursión tuvo como objetivo la toma de rehenes (unos 240, por lo menos) que fueron llevados inmediatamente a la Franja de Gaza, con el objetivo de tratar de evitar la respuesta masiva e indiscriminada de las fuerzas armadas israelíes sobre Gaza y para intercambiar con los 5000 rehenes que tiene el régimen sionista en sus cárceles. A pesar de ello, a las pocas horas, aviones de Israel bombardearon intensamente la Franja de Gaza. La cantidad de muertos palestinos sobrepasa los 25 mil.

El ataque se produjo en la mañana del sábado cuando los israelíes judíos celebraban el shabbat, su día semanal de descanso. De ahí que las primeras reacciones oficiales de la prensa fue destacar que el ataque fue por sorpresa comparándolo con el de Yom Kippur (1973), porque ambos fueron realizados en una festividad judía.

Sin embargo, resulta difícil de creer que los servicios de inteligencia israelíes, que se destacan en el mundo por su eficiencia, hayan sido incapaces de prever el ataque, y es por eso que al discutir las causas del fracaso de la seguridad se abren una serie de especulaciones. A su vez la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova afirmó que “El hecho de que EE.UU. no advirtiera a Israel sobre los ataques inminentes indica la intención de Washington de sembrar el caos en la región”.

El golpe de las milicias palestinas abrió una crisis política en el gobierno israelí, que Netanyahu trató de cerrar efectuando una gran contraofensiva, respaldada por un gobierno de unidad nacional. Si bien es muy factible que la unidad se mantenga mientras dure el “Estado de guerra”, el desenlace de este capítulo de la lucha tendrá importantes consecuencias para el gobierno de Netanyahu, que ya estaba debilitado por las masivas movilizaciones contra la reforma judicial, impulsadas por la oposición política. Este sector ahora acusa a Netanyahu de que la división provocada al forzar esa reforma facilitó el ataque palestino.  

Es por eso que Netanyahu necesita vengar con mucha sangre palestina la humillación militar sufrida por Israel, si quiere tratar de evitar que caiga su gobierno. Tras una primera etapa ataque por aire contra la ciudad de Gaza con misiles y bombardeos, la segunda fase consistió en la ocupación militar terrestre de la zona norte de la Franja de Gaza, mientras que toda la franja se encuentra bajo asedio total ordenado por Israel, privándola totalmente de suministro eléctrico, agua y alimentos. El objetivo anunciado de eliminar al Hamás, preanuncia una gran cantidad de bajas de ambas partes, pero principalmente una operación de exterminio del pueblo palestino y su desplazamiento a territorios más reducidos hacia el sur.

Día tras día el ejército sionista bombardea la Franja de Gaza, principalmente al norte, en la ciudad de Gaza y en sus alrededores. Golpea a sabiendas y a propósito a la población civil, porque su objetivo es provocar otra Nabka (*), masacrar al pueblo palestino, obligar a emigrar a los que sobrevivan. Su objetivo es el mismo que los nazis aplicaron contra el pueblo judío en el Holocausto: es la “solución final”. Los sionistas quieren aplicar la solución final para el pueblo palestino. Exterminarlos en el gueto. Expulsarlos de sus tierras en Cisjordania.

Es evidente que Hamás hubo de haber depositado una gran esperanza en la ayuda de Hezbollah (organización libanesa respaldada por Irán y Siria) e Irán. Si bien Hezbollah efectuó disparos de morteros contra el norte de Israel desde el sur del Líbano, lo que fue respondido por Israel con fuego de artillería y ataques con drones, no intervino de lleno en el combate, así como tampoco Irán. Sus amenazas de “incendiar” la región por ahora se han limitado al lanzamiento de algunos cohetes y misiles desde el Yemen por parte de los combatientes hutíes que Irán apoya. En la región se desarrollan febriles negociaciones y se dice que EE-UU ha relajado en los hechos las sanciones contra Irán a cambio de que no pase de las palabras a los hechos. No sería raro ya que la causa palestina siempre ha sido la moneda de cambio para las burguesías árabes de la región en sus negociaciones con el imperialismo.

Por su parte Israel bombardeó los aeropuertos sirios de Damasco y Alepo, lo cual provocó que los presidentes de Siria Bashar Al Assad y de Irán Ebrahim Raisi, llamaran a los árabes y musulmanes a unirse para apoyar al pueblo palestino. Para la burguesía alawita de Siria sostenida por la burguesía persa (chiita) la causa palestina es solo un ariete contra Israel, y un vehículo para influir en los países árabes. Pero a pesar del enfrentamiento histórico de estos países con la burguesía sionista y el “estado de guerra” declarado por Israel contra los palestinos, ni Siria ni Irán han pasado de las amenazas verbales. 

A los cínicos llamados de los organismos internacionales, que cuando “llovían” misiles sobre Gaza se limitaban a reclamar “una respuesta militar proporcionada” por parte de Israel, Netanyahu respondió incorporando a su gabinete al general Eizenkot, el creador de Doctrina Dahiya, que propone un uso de la fuerza desproporcionada sin distinción entre población civil y militar, para reducir la Franja de Gaza a escombros.

EE-UU inmediatamente envió dos portaviones a las costas del Mediterráneo cercanas a Israel, y también viajó el secretario de estado Antony Blinken a entrevistarse con Netanyahu para darle personalmente su apoyo. El Reino Unido sumó también dos buques de guerra a los portaviones yankis.

Paralelamente el canciller alemán Olaf Scholz acusó Irán por los ataques terroristas contra Israel: “Sin su apoyo, Hamas no hubiera podido” dijo. Es que no es ningún secreto que Irán provee de armamentos tanto a Hezbolláh como a las organizaciones armadas palestinas. Pero también es conocido al apoyo militar de EE-UU a Israel y la diferencia abismal de potencial militar de las fuerzas israelíes en relación los grupos armados de la resistencia palestina. Este apoyo militar norteamericano, que Israel usa para masacrar a la población palestina, por supuesto, no merece ninguna queja por parte de Scholz.

El sionismo no tiene ningún miramiento, ha bombardeado escuelas, hospitales -como el de la ciudad de Gaza, ubicado en el barrio Al Zeitún, que habría causado más de 500 muertes y 300 heridos de gravedad- y hasta un convoy de ambulancias que trasladaban heridos. También bombardeó campamentos de refugiados como el de Jabalia, una y otra vez durante dos días seguidos causando 195 muertes, a las que se podrían sumar muchos de los 120 desaparecidos debajo de los escombros. Matan niños porque saben que serán los combatientes de mañana; no quieren que sobrevivan heridos, porque hasta mutilados y en silla de ruedas combaten los palestinos.

De enclave imperialista en la región, el Estado de Israel, aunque depende estrechamente de la relación con EE-UU, ha demostrado tener cierta independencia política, siguiendo sus propios intereses, sobre todo en relación con lo que ellos llaman la “supervivencia” de Israel.  A pesar de que nunca dejó de enviar millones de dólares en armamento y municiones, Estados Unidos tuvo que presionar para moderar la ofensiva del ejército sionista en Gaza, para no quedar tan “pegado” a nivel internacional avalando un genocidio, que daría por tierra con la imagen que puedan tener todavía muchos incautos acerca de que el fin que persigue la principal potencia mundial es la defensa de la libertad contra las dictaduras de países como China, Rusia o Irán. Pero más que proteger su “imagen” internacional, EE-UU pretende evitar que se extienda la guerra al plano regional, lo que lo involucraría militarmente de lleno en dos guerras simultáneamente, cuando se recalienta la situación prebélica en el sudeste asiático, con roces permanentes entre China y Taiwán, o como recientemente ocurrió entre China y Filipinas por las disputa de algunos islotes que controlan el paso en el espacio marítimo por el que circula un gran porcentaje del comercio internacional.

El secretario de Estado norteamericano Blinken fue varias veces a Israel y ha visitado otros países de la región, tratando de evitar que la guerra escale. Para ello trata de moderar la respuesta militar del gobierno sionista de Netanyahu. Este ha respondido avanzando más lentamente de lo previsto dando más tiempo para el desplazamiento del pueblo palestino hacia el sur de la Franja de Gaza, y avanza cautelosamente rodeando la ciudad de Gaza por el norte y por el sur, después de haber reducido a escombros toda esa región. Buscan evitar que entre sus tropas haya demasiadas bajas a manos de los combatientes palestinos.

Sin embargo, los intercambios de misiles y artillería entre las tropas ubicadas al norte de Israel y Hebollah se fueron intensificando. También las acciones de EE-UU contra Irán y de este contra tropas norteamericanas en Irak. Pero sobre todo es la acción de los combatientes hutíes en el estrecho de Bab al-Mandab y en el golfo de Adén que está obligando a los barcos de carga a tomar la ruta más larga por el cabo de Buena Esperanza es lo que ha provocado represalias de EE-UU y Reino Unido, que bombardearon varias veces objetivos hutíes.

La diplomacia aparentemente “humanista” de Blinken es también una respuesta a la indignación que ha encendido en muchos países de la región y el mundo las masacres perpetradas por Israel contra el pueblo palestino, con el armamento proporcionado por EE-UU. Ha habido grandes movilizaciones enNueva York, Texas, Los Ángeles, Toronto, Vancouver y Montreal, Londres, París, Madrid, Valencia, Atenas, Ginebra, Copenhague, Berlín, Cracovia, Melbourne y Sídney (Australia), Túnez, Rabat (Marruecos), Beirut (Líbano), Yakarta (Indonesia) Estambul y muchas ciudades más. En Buenos Aires y Rosario también ha habido manifestaciones. Pero el -en ese entonces- gobierno del Frente de Todos, así como su ministro-presidente de hecho y al mismo tiempo candidato Sergio Massa apoyaron expresamente al Estado de Israel, al punto que mientras el canciller Santiago Cafiero llamó a consulta al embajador de Israel (una formalidad diplomática) obligado por la repercusión internacional de la masacre ocasionada por los bombardeos contra Gaza, el ministro candidato Massa participaba de un acto de la DAIA apoyando a Israel. En eso no se diferencia en nada de Milei (por las dudas avísenle a Myriam Bregman), ya que Milei dijo que Israel sería el primer país que visitaría si ganara las elecciones, tal como hizo el peronista Alberto Fernández, y el kirchnerista Wado de Pedro antes de lanzar su candidatura.

Finalmente, por las presiones tanto internas de los familiares de los rehenes capturados por las milicias palestinas, como por las manifestaciones internacionales, y los intereses de las distintas potencias con intereses en la región, se produjo un alto al fuego durante la última semana de noviembre y un primer intercambio de rehenes: Hamás entregó 105 rehenes a cambio de 240 palestinos que estaban en las cárceles sionistas. Pero luego la guerra continuó, agravando la catástrofe sanitaria y la hambruna que sufre por lo menos el 40% del pueblo palestino de la Franja de Gaza.

La careta “humanitaria” de EE-UU se cayó definitivamente cuando vetó en dos ocasiones sendas resoluciones que reclamaban el alto el fuego (una presentada por el secretario general de la ONU y otra por Arabia Saudita, ambas aprobadas por gran mayoría), al mismo tiempo que enviaba a Israel munición de artillería por 147,5 millones de dólares. En este momento, con la mediación de terceros países (Qatar, Egipto y EE-UU) se estaría negociando un segundo intercambio de rehenes y su consecuente alto al fuego. Pero Israel no cede en poner fin a la ofensiva para exterminar al Hamás.

Como marxistas que pretendemos ser, condenamos la violencia del opresor no la del oprimido. Apoyamos plenamente la justa lucha del pueblo palestino por su liberación de la opresión que ejerce sobre ellos el Estado sionista de Israel. Es la burguesía sionista la que ocupó en territorio palestino con el apoyo del imperialismo inglés y de EE-UU, desalojando al pueblo palestino de sus tierras a fuerza de balas y masacres de aldeas enteras como la de Deir Yassin ocurrida el 9 de abril de 1948, y que fuera calificada como el My Lai del sionismo, por comparación con la masacre perpetrada en esa aldea de Vietnam por las tropas yankis. Como esta, son innumerables las matanzas realizadas por el sionismo para expulsar mediante el terror al pueblo palestino de sus tierras y ocuparlas para constituir su Estado sobre la sangre y los sufrimientos palestinos.

Los cínicos gobiernos imperialistas, sus lacayos semicoloniales (entre los cuales está el gobierno argentino, incluida CFK) repudian el ataque de las milicias palestinas hace mucho calificadas por ellos mismos como “terroristas”. Se horrorizan de sus “crímenes”. Los mismos que arrojaron dos bombas nucleares sobre sendas ciudades de Japón asesinando a todo lo que había allí con vida, los mismos que arrojaron bombas de napalm en Vietnam, los que destruyeron dos veces la ciudad de Falujha (1), los que masacraron a los palestinos en Sabra y Shatila (2), los que los expulsan de sus casas y sus tierras y han cometido contra ellos innumerables vejaciones, ahora se quejan de las “atrocidades” de Hamas. Sin embargo, hasta la propia Casa Blanca tuvo que desmentir al presidente norteamericano quien había dicho que vio imágenes de niños israelíes decapitados por Hamás. Las fake news del sionismo pretenden justificar el exterminio del pueblo palestino a quienes ya califican de “animales”, no humanos.

Los imperialistas siempre actuaron justificando sus acciones diciendo que la suya se trataba de una guerra, por eso no quieren reconocer que Hamás y otras organizaciones palestinas son organizaciones combatientes, el brazo armado del pueblo palestino despojado, asesinado y cercado en un gueto llamado Franja de Gaza, y las llaman “terroristas”

Se horrorizan por la toma de rehenes, pero en las cárceles israelíes hay alrededor de 5000 presos que son rehenes del sionismo, entre ellos muchos niños (3).

La “solución” de los dos Estados y el objetivo del sionismo

Evidentemente Israel nunca aceptó la “solución” propuesta por un ala del imperialismo, de establecer dos Estados “independientes”, y que fuera aceptada por Mahmud Abbás presidente de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania.

Israel quiere consolidar lo conquistado por la fuerza y avanzar más y más hasta expulsar totalmente al pueblo palestino de sus tierras o reducirlo a su mínima expresión. Esa fue la política de los sucesivos gobiernos. Por eso apoyan la instalación de asentamientos de colonos judíos respaldados por las fuerzas militares israelíes que desalojan con topadoras a familias palestinas de sus casas y ocupan sus tierras en Cisjordania.

La propuesta imperialista cocinada en la ONU tampoco es ninguna “solución” para el pueblo palestino, ya que de realizarse en las condiciones actuales se vería reducido a la existencia en algunos batustanes rodeados por el Estado sionista que los oprime, y con cientos de miles de palestinos permaneciendo en el exilio permanente.

Y los palestinos saben muy bien que un estado compuesto de dos batustanes conectados por un corredor que pasa por territorio israelí, dependiendo de Israel para la provisión de agua y electricidad, sería bastante menos que una colonia.

En una declaración de 2017, Hamás moderó su “oposición a la existencia” del Estado de Israel, y planteó que aceptaría la solución de los dos estados, pero con las fronteras como estaban antes de la guerra del 67. Hamás sabe, que lo que plantea es inaceptable para Israel, porque no va a ceder en la negociación lo que ganó por la guerra, pero colocó la vara más alta para después negociar.

Sin embargo, no solo no hubo ninguna negociación, sino que durante el gobierno de Trump y con su apoyo, Israel fortaleció su orientación a la ofensiva contra los palestinos y estableció relaciones con varios países árabes o musulmanes. 

De concretarse las negociaciones de Israel para llegar a un acuerdo con el gobierno de Arabia Saudita, el cual se sumaría a los acuerdos de Israel con gobiernos árabes o de países de religión musulmana, como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos, hubiera dejado muy aislado al pueblo palestino. Así que creemos que son estas las condiciones que han impulsado la acción de Hamás en el territorio ocupado por Israel.

En este marco y porque no pueden retroceder más de lo que lo han hecho en estos años, perdiendo cada vez más territorio en Cisjordania, el control de la zona este de Jerusalén y el poder simbólico religioso que implicaría no poder rezar en sus mezquitas, es que se produce la acción de Hamás.

Así lo expresó el principal dirigente de Hamás y comandante en jefe de las Brigadas Al-Qassam, Muhammad Al-Deif, en una declaración en la que plantea que el ataque fue motivado por la continua y creciente política del gobierno israelí de apoyar los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania mediante los cuales expulsan de sus hogares y desplazan de su tierra a los palestinos. Así como también las provocaciones de estos mismos sectores contra los principales símbolos religiosos musulmanes como la Mezquita Al Aqsa, y la anunciada intención de trasladar la capital de Israel a Jerusalén lo que podría un punto final a la política de “dos estados”, abandonada durante el gobierno de Trump.

Nuestro programa para Palestina

Apoyamos la lucha del pueblo palestina por su liberación nacional del Estado sionista de Israel, es decir, de la burguesía sionista que lo oprime, lo despoja, lo ataca con bombas, lo mata.

Por eso esta consigna de la liberación está indisolublemente relacionada con la “destrucción del Estado Sionista de Israel”.  

La valentía del pueblo palestino y las de sus combatientes es enorme, tan grande como su sufrimiento, pero para derrotar al Estado sionista de Israel hace falta la movilización revolucionaria de los trabajadores y los pueblos, y particularmente los árabes cuya historia está ligada al pueblo palestino. Pero los dirigentes de la burguesía árabe hacen todo lo posible por aplacar a las masas populares. Así como Hamás, Hezbollah también es una organización nacionalista burguesa que depende del gobierno burgués teocrático de Irán, que se mueve según sus propios intereses.

La burguesía sionista imperialista quiere mantener su estado y expandirlo quebrando la resistencia del pueblo palestino. La burguesía palestina, mucho más débil desearía tener su propio Estado en el cual explotar a los obreros palestinos y “echar a los judíos al mar”.

Pero dado que no se puede echar 8 millones de israelíes del territorio que ocupan, es evidente que no puede haber una solución nacionalista, o racial-religiosa, como impulsa Hamás, sólo puede haber una solución clasista y revolucionaria.

La clase trabajadora, por ser la única clase que no es propietaria de medios de producción, es la única clase que instaurando un Estado Obrero puede lograr que palestinos y judíos convivan pacíficamente como ocurría a principios del siglo pasado, antes de la irrupción sionista en Palestina. Solo los trabajadores pueden proceder a la nacionalización de la tierra para repartir democráticamente su usufructo entre todos los habitantes, independientemente de su condición religiosa; puede resolver la falta de viviendas con la edificación de nuevos barrios, en los que todos puedan vivir en paz. La única democracia posible en Palestina es la democracia obrera. Es decir, una “Palestina, laica, democrática (4) y no racista”, que es la consigna que plantean algunas organizaciones que se reivindican trotskistas, no puede existir como etapa intermedia e independiente entre el Estado de Israel y un Estado Obrero y Socialista en todo el territorio de la Palestina anterior al año 1947.

Solo la unidad de los trabajadores palestinos, árabes israelíes, y los trabajadores judíos explotados por su propia burguesía que quieran convivir en paz, pueden resolver la “cuestión palestina” y la “cuestión judía” al mismo tiempo, pero eso será posible sólo por medio de la revolución socialista, que además de liquidar al Estado sionista-racista-colonialista de Israel, instaure un gobierno obrero y campesino, en una Palestina Obrera y Socialista.

Como ya hemos dicho, hace tiempo que la burguesía árabe sunita (hace tiempo Egipto y Jordania; ahora los demás países que firmaron o estaban por firmar acuerdos de reconocimiento del Estado de Israel) abandonó la causa palestina, pero que esta causa goza de amplia simpatía y despierta solidaridad en muchos pueblos del mundo, particularmente en los pueblos árabes de esos mismos países. Para que puedan triunfar el pueblo trabajador palestino y los trabajadores judíos que quieran convivir en paz, es indispensable que tengan el apoyo no solo espiritual, sino material y militar de los trabajadores del Medio Oriente. Es decir, la liberación del pueblo palestino y la instauración de una Palestina Obrera y Socialista, no podrá ser un hecho aislado, sino que deberá ser parte de un ascenso revolucionario regional, o no será. Una Palestina Obrera y Socialista solo puede triunfar y sostenerse como parte de una Federación Socialista en Medio Oriente.

Para que esta revolución sea posible los trabajadores árabes y palestinos deben romper con sus direcciones burguesas y pequeñoburguesas y construir un partido de trabajadores revolucionario e internacionalista para encabezar y dirigir la lucha revolucionaria.

Por eso es que también en el Medio Oriente hace falta construir partidos de trabajadores revolucionarios unidos en una organización internacional. No alcanza con pedir que paren los bombardeos, porque otras veces ya han parado y meses o años después han vuelto a comenzar haciendo retroceder cada vez más al pueblo oprimido. La causa palestina sólo podrá triunfar si los trabajadores árabes encabezan la lucha, junto con los trabajadores judíos que quieran convivir en paz, por una Palestina obrera y socialista, como parte de un movimiento revolucionario unificado en la región. Sólo así podrá derrotar y destruir al Estado sionista colonial de Israel, a las burguesías reaccionarias árabes y establecer en la región una federación de estados obreros del Medio Oriente.

*Por el triunfo de la lucha por la liberación nacional del pueblo palestino.

*Por la destrucción del Estado Sionista de Israel.

*Por una Palestina Obrera y Socialista, en una Federación Socialista en Medio Oriente.

*Por un Partido de trabajadores revolucionario e internacionalista, sección del partido mundial de la revolución socialista.

25/1/24

1) Falujha, ciudad de Irak ubicada a 69 km de Bagdag, fue arrasada dos veces por las FFAA de EE-UU durante la invasión a ese país.

2) SegúnB’Tselem (Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios ocupados) desde el año 2000 han sido asesinados en acciones militares o policiales 10.500 palestinos. Y en las cárceles israelíes hay alrededor de 5000 presos, entre ellos niños. (extraído de LID)

3) Sabra y Shatila son dos barrios en el oeste de Beirut (Líbano) en donde su ubicaban campos de refugiados palestinos, en donde entre el 15 y el 18 de septiembre de 1982 fueron masacrados en un número indeterminado (entre 1500 y 3000) por la Falange Libanesa con el apoyo de las tropas israelíes. Esta matanza fue calificada de “genocidio” por la ONU.

4) La palabra “democrática”, no se refiere a un tipo de régimen político, sino que está indicando que se trata de un Estado burgués.

(*) La palabra árabe Nakba significa catástrofe o tragedia y con ella se designa la masacre perpetrada por las milicias sionistas (como la Haganá o el Irgún y Stern) en la que los palestinos fueron expulsados de sus casas y sus tierras con métodos terroristas, con masacres aldeas enteras y que comenzó apenas votada la partición de Palestina en las Naciones Unidas, desde fines de 1947, antes de que comenzara la primera guerra árabe-israelí en mayo de 1948.

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