El motín encabezado por Evgueni Prigozhin, el jefe de la fuerza de mercenarios (semi-estatal) Wagner, del 24 de junio pasado, generó un gran desconcierto. Durante 48 hs no se sabía bien lo que estaba sucediendo y aún hoy, sigue generando muchas dudas.
Todo indica que el desencadenante fue que el Ejército Ruso bombardeó un campamento de la Wagner dejando decenas de mercenarios muertos y eso llevó a que Prigozhin iniciara el alzamiento. En realidad, ya hacía unos meses que acusaba al Ministerio de Defensa que no le enviaba municiones y pertrechos de guerra. Por eso trascendieron varios videos insultando principalmente al Ministro de Defensa Sergei Shoigu y a Valeri Gerasimov, el jefe del Estado Mayor. Al parecer los fuertes reclamos no solo vienen del jefe de la Wagner, sino de un ala dura dentro del ejército que acusa a los dos mencionados generales de ser unos burócratas de escritorio que han cometiendo muchos errores que le costaron muchas bajas al ejército y, por lo tanto, habría que pasar a una táctica de ofensiva total en la guerra. En realidad, nadie se anima a criticar directamente a Putin, porque si hay alguien que dirige la guerra es el jefe del Kremlin.
Tal vez Prigozhin, pensaba que algunos de esos sectores de las fuerzas armadas rusas se le unirían en el amotinamiento. Pero esto no sucedió. Si bien los mercenarios pudieron obtener rápidamente el control temporal de los edificios en la ciudad de Rostov-del Don, esto no se debió al apoyo que recibieron, sino a la pasividad del ejército regular.
Las versiones de los hechos fueron numerosas, desde que Prigozhin había sido comprado por la CIA, hasta que se trataba de una maniobra de Putin, para saber quiénes estaban de su lado o en su contra. Sin embargo, pasadas unas semanas todo indica que el problema de fondo fue que el Estado Mayor pretende cerrar filas y centralizar el mando, sin que haya nadie que cuestione su poder. Es que, si bien los mercenarios habían cumplido una función muy importante durante algunas batallas decisivas, el gobierno no puede seguir tolerando tanta autonomía y menos con esas declaraciones tan rimbombantes de Prigozhin que, si bien se cuidaba de criticar a Putin, desprestigiaban al resto del Estado Mayor y máxime en el medio de la denominada contraofensiva ucraniana.
Los ejércitos privados
Son muchos los ejércitos privados de mercenarios que están operando en el mundo para las diferentes potencias. La posibilidad de tercerizar las intervenciones militares con los famosos “contratistas”, sin tener que pagar las consecuencias políticas, han proliferado principalmente después de las derrotas del imperialismo yanky en varios lugares del mundo (Afganistán e Irak).
Por eso se han visto las operaciones militares de las Wagner en varios países de África y Medio Oriente. Así el Estado ruso, puede hacer valer su peso de potencia regional, sin tener que aparecer vinculado directamente a causas políticas.
En Ucrania se han destacado en algunas batallas como las Mariupol o Bajmut, por eso muchos analistas militares, algunos de la misma OTAN, les reconocen que han demostrado mucha profesionalidad. Es probable que el ejército ruso regular no hubiera aceptado pagar un precio tan alto en términos de vidas humanas para derrotar a las tropas ucranianas. En ese sentido es importante destacar que Wagner no es simplemente una organización mercenaria, sus finanzas y equipos provienen en su mayor parte de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General de Rusia, el GRU, es decir son financiadas por el Estado Ruso.
Las PMC Wagner no son los únicos grupos de mercenarios al servicio del Estado Ruso, también están las fuerzas Ajmat, que dirige el checheno Razan Kadyrov. La diferencia entre una y la otra es que el segundo tiene un territorio donde mantener una cierta autonomía política que Prigozhin nunca tuvo. En algún momento las PMC Wagner, le sirvieron de mucho de Putin, pero se ve que al “doctor Frankenstein”, se le rebeló el monstruo, y tuvo que prescindir de sus servicios antes que este -utilizando las palabras del mismo Putin- le clavara un puñal por la espalda.
La 3era GM y crisis del gobierno ruso con los PMC Wagner
El conflicto de las PMC Wagner con el gobierno ruso no puede entenderse sin tener en cuenta los preparativos para una próxima 3era Guerra Mundial, que tendría un primer episodio entre China y EEUU junto a sus aliados asiáticos, por el control de Taiwán.
La política de Putin para gobernar Rusia, ha sido siempre la de un bonaparte, equilibrando las fuerzas entre las diferentes alas de la burguesía rusa. Esto le dio buenos resultados durante casi 25 años, pero la guerra contra Ucrania/OTAN, ha tensionado las contradicciones entre los diferentes sectores de la burguesía rusa y principalmente de las diferentes alas del ejército. Es por eso es que se habla de un ala dentro del ejército ruso que pretende ir más a fondo con la guerra. El problema es que las consecuencias serían directamente un conflicto nuclear con la OTAN y un suicidio para Rusia.
Al principio de la guerra, hasta más o menos septiembre del 2022, el Estado Mayor ruso, mantuvo un tipo de táctica, manteniendo una ofensiva constante. Al parecer, Putin creía que podía garantizar un cambio de régimen en Ucrania (hay que tener en cuenta que el apoyo al presidente ucraniano era prácticamente nulo según algunas “encuestas”) y esperaban que la población ucraniana iría en contra de Zelensky. Por otro lado, que las contradicciones que existen dentro de la OTAN, permitirían que algunos países, principalmente Alemania, al menos permanecieran neutrales. Sin embargo, no solo que la OTAN sostiene económicamente y militarmente el esfuerzo bélico ucraniano, sino que el pueblo ucraniano sigue yendo a morir al frente.
Es bastante evidente que el cálculo de Putin fue muy equivocado. Esa primera etapa fue desastrosa para el ejército ruso, las bajas se contaron por decenas de miles, recayendo las críticas -principalmente- tanto sobre Shoigu como Gerasimov. Luego de un interregno de un par de meses se dieron cuenta que iban a ir a una guerra larga y entonces a partir de septiembre cambiaron a una táctica defensiva. Para eso nombraron al general Sergei Surovikin -con mucho prestigio obtenido en la guerra en Siria- que hizo cruzar el Dnieper en Jersón y abandonar otras regiones del Norte y así poder atrincherarse en los territorios ocupados. Al mismo tiempo, realizaron un referéndum para que las provincias ocupadas pasen a ser territorio ruso.
Putin calcula de manera sensata que no podría enfrentar en soledad, a toda la fuerza de la OTAN. Por eso precisa mantenerse en una posición defensiva, esperando que se abra un nuevo frente de guerra en Asia (Taiwán) entre China y EEUU/Aliados. El problema para ese cálculo de Putin es que Xi Jinping, necesita seguir ganando tiempo para desarrollar mejor su capacidad militar y poder equipararse al poderío del imperialismo yanki. Esta política de Putin de aguantar a la defensiva hasta que los acontecimientos precipiten el conflicto militar entre EE-UU y China tiene sus riesgos: hay que ver si las contradicciones internas, que por ahora aparentemente son solo en un sector del ejército, no terminan de trasladarse a un sector de la burguesía rusa y hacer tambalear al gobierno de Putin, que en el 2024 debería refrendarse en las elecciones presidenciales.
Mariano López (PCO), 17/7/23